Celebramos el día de la República y el 27 aniversario (más un día) de la Sagardo
Bira Home Page yendo a cenar en Elorrabi en Jueves Santo, unos diez años después.
Asistentes: Mamen, Johnny, Josetxu, Edu y Nesss.
Previo
Johnny recupera su casa en Hernani para esa noche y la prepara para ello. Mamen
(fichaje en la víspera) y Josetxu vienen en tren sin conocerse de antes. Edu y
Nesss se separan para que Edu espere echando un trago con Mamen y Johnny
mientras Nesss lleva a Josetxu a que deje la mochila en casa. Nos juntamos todas
fuera del Txili antes de ir andando a la sidrería, haciendo dos paradas técnicas en
el barrio de Zikuñaga. En la primera (Txatxutegi) buscan en la bodega y nos
sirven sidra Elorrabi. Una premonición. La cuesta abajo de la Papelera al
Garbigune hace que Edu diga que no quiere volver por ahí, que es mucha cuesta y
luego será para arriba. Habiendo quedado a las 20:30 en la sidrería, llegamos
4' después. Fuimos los primeros y sólo se esperaba otra mesa más para 7
personas.
Sidrería
Entrada con barra con cafetera incluida, mesas, bancos y alguna sala más
adelante, más mesas y bancos, todos de madera, junto con 7 kupelas, 4 de madera
y 3 de metal. El sidrero nos informa que la 3 y la 4 (madera) así como la 6
(metal) están abiertas a nuestro gusto y que irá abriendo el resto al txotx.
Damos fe que las abrió, y varias veces. Al fondo, una puerta lleva a las de
fibra de poliéster (sólo una tenía sidra, las otras dos estaban embotelladas).
La cocina se vislumbra camino de los baños, que están aparte.
La reserva era para cuatro y fuimos una más. Ello no fue obstáculo para que
hiciesen bien los cálculos luego. Cinco trozos de txorizillo a la sidra (ricos),
una tortilla de bakalao (riquísima), cinco trozos de bakalao cada uno con su
trozo de pimiento verde (riquísimos, y sin posibilidad de hacer Josunes), dos
txuletas pequeñas más luego otra mayor (muy ricas, casi crujimos con la última,
cuyo tamaño nos sorprendió gratamente), queso, nueces y dulce de manzana. Más
los incontables txotxes de sidra y dos panes, hicieron un total de 175 euros (35
por persona).
La kupela 3 era de txorro prostático, y en general la sidra estaba rica. Algo
más dulce en algunas que en otras.
Gratas conversaciones con el txotxero, incluyendo fotos de sus manos. Y dice que
sus hermanos las tienen mayores... Nos pregunta si Mina ha cerrado. Ahí le
contamos que habíamos intentado llamar varias veces y, como no contestaban,
acabamos en ésta. Así que parece ser que sí. Le preguntamos cómo va lo del
pulpo, y nos comenta todas las opciones que tienen, fuera del menú tradicional.
Sin mínimo de gente hasta el 15 de mayo, pero avisando con mínimo de dos días de
antelación. Edu reniega de esas opciones delante de él. También nos informa que
la carretera junto a las sidrerías está cortada y no se espera que empiecen las
obras para arreglarla hasta octubre... de 2023. Así que es un lío ir en coche
hasta allí. Pese a eso, Edu dice que quiere volver por ahí para evitar la cuesta
a la papelera. Han debido tener unas 100 personas al mediodía. Como empiezan
sirviendo con ritmo acelerado, le pedimos que hagan la txuleta cuando les
digamos, a lo que accede en ambas tandas. Hacia las 21:15' llegan los de la otra
reserva: 4 adultos y 3 niños de Catalunya. Grandes charlas con ellos, sobre todo
Mamen. Uno de los niños se llevó el sobrenombre de Pájaro, porque anduvo
intentando catar las sidras. Al final, los otros dos quedaron roques en uno de
los bancos. En los postres, Josetxu destaca lanzando el cascanueces con vigor
contra las nueces vascas que nos sacaron y que costaba abrir. No fuimos los
últimos en salir.
Epílogo
Volvimos por el camino de ida. Edu arranca al comenzar la temida cuesta, seguido sólo
por Nestor, y dejando a los demas clavados. La cuesta a la papelera fue puntuada
ex-aequo entre Edu y Nesss, ya que salió movida la photo-finish. Ver todo
cerrado en Zikuñaga fue premonitorio de lo que nos esperaba en el Kaxko. En las
escaleras al Txili, Nesss se hace con el maillot de la montaña de manera
incostentable. Fuimos al Apeadero, a ver si se mantenía la estupenda música de
la víspera y vimos que era lolailo lo que sonaba, lo que deprimió a Edu, quien
afeó haber elegido ese local. Cuando estábamos acabando el trago y por irnos, la
música cambió al Rock Radical Vasco y nos animamos a pedir repetición de la
ronda. El camarero nos sacó un cubata en vez de gintonis, kalimotxos enteros y
le pedimos que cambiara el cubata por gintonis. Luego cobró lo mismo que los
kalimotxos txikis. El gintonis estaba cargado, pero no hubo que beberlo entero,
ya que los de la cuadrilla de al lado nos lo tiraron casi entero, así como el
kalimotxo de Edu, rompiendo el vaso de este último. Luego hubo movida porque no
lo quisieron reconocer y pusieron reparos en reponérnoslos. Cuando Mamen fue a
por los taxis invisibles de Hernani y los llamaba para que sonase el teléfono de
la parada junto a ella, el resto se tomó una espuela en el mismo sitio (esta vez
con otra caña en lugar de gintonis) y acabamos Johnny en su casa y el resto en
la de Nesss. La tripada que trajimos no dio lugar a las famosas recenas, y el
cansancio influyó en que tampoco hubiera tertulias. Video conceptual de Johnnie
desde su casa para acabar la noche.